En los últimos dos años, Jardín América sufrió las consecuencias de las escasas lluvias y se debió declarar la emergencia hídrica. La última emisión se dio en enero de este año y se prolongó por un mes. No obstante, los informes del Servicio Meteorológico dicen que el fenómeno de La Niña ha terminado y los pronósticos para los próximos meses indican para la zona precipitaciones y temperaturas superiores al promedio.
Ernesto Faccendini, gerente de la Cooperativa de Servicios Públicos de Jardín América, dialogó con El Territorio e hizo hincapié en el clima para los próximos meses, en los que se esperan más lluvias.
“Con lo que se prevé y en caso de darse así, no habría inconvenientes en cuanto a la cantidad de agua de la fuente de provisión en el arroyo Tabay, pero sí problemas con la alta turbidez por la erosión de los suelos y la alta demanda”, afirmó.
Para enfrentar estos problemas, se proyectó hace más de seis años la ampliación de la planta potabilizadora, y este año la Subsecretaría de Obras Públicas adjudicó a una empresa la construcción de los módulos de hormigón armado. La cooperativa, con aportes especiales de los socios, ha ido adquiriendo los elementos para equipar y habilitar provisoriamente por lo menos una de las plantas antes del próximo verano.
“En la última reunión mantenida en marzo con el gobernador Oscar Herrera Ahuad y el ministro de Hacienda, se comprometieron a otorgarnos un subsidio de $35 millones para terminar toda la ampliación, pero hasta la fecha a pesar de nuestra insistencia no lo hemos recibido”, aclaró el funcionario jardinense.
Con respecto a cubrir la cantidad demandada en el futuro inmediato, las otras obras proyectadas son la segunda etapa de la toma y acueducto desde el río Paraná hasta la planta, y el nuevo acueducto de agua tratada desde planta hasta la estación de reservas. Ambas fueron licitadas en el Instituto Misiones de Agua y Saneamiento (Imas) el 29 y 31 de agosto, y actualmente están siendo evaluados por el Consejo de Obras Públicas para ser enviados al Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa), quien tiene plazo para contratar a las empresas hasta fines de octubre.
Gestiones
La cooperativa inició las gestiones para traer agua del río Paraná en 2009. La primera etapa se construyó entre 2014 y 2016, y nunca dejaron de reclamar la continuidad de la misma. “Las impulsiones actuales tienen 30 años, son de asbesto cemento y están colapsadas. No resisten más presión que la de las bombas de mayor caudal que fueron agregándose en los últimos años, acompañando el gran crecimiento de la comunidad”, dijo Faccendini.
Las perforaciones que algunos proponen como solución general, no lo son en esa zona por sus bajos caudales y alto costo. Hay sólo dos en funcionamiento en zonas críticas y se gestionó ante el Imas, que se comprometió a ejecutar con sus recursos otra en el barrio El Ceibo, un gran complejo habitacional del Iprodha que está por ampliarse y donde hay dificultades para sostener la presión.
“La situación financiera de la cooperativa es difícil como la de todos actualmente, hemos tenido que aumentar las tarifas acompañando algunos costos que superaron a los del IPC, como los productos químicos y materiales que crecieron un 245%, o la energía eléctrica un 207% en un año. Para colmo por las dificultades económicas de la provincia, no podemos cobrar en término el consumo de las escuelas, hospitales, policía, etc. Nos deben $7 millones y no aceptan que se les apliquen intereses”, concluyó.